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La arquitectura colonial cubana y sus generalidades.
Por arquitectura colonial cubana debemos entender toda aquella construcción levantada en Cuba durante la época de la colonización y el dominio español.
Es decir, el espacio temporal que comprende los siglos XVI y XIX.
En sentido general, la arquitectura colonial cubana representó el espíritu de la época.
La monumentalidad y la talla inmensa y desproporcionada sostenían los principios de majestuosidad, orden, pulcritud, respeto, poder, comodidad y profusión; los cuales fueron elementos imprescindibles, jerárquicos y decisivos dentro de los rigores de una colonia y una clase bien asentada en los dominios de la Isla.
Principales características de la arquitectura colonial cubana.
A partir de su posición geográfica, la arquitectura colonial cubana fue definida fundamentalmente por las características de sus grandes bahías de bolsa, que influyeron decisivamente en su desarrollo económico, político y cultural.
Con el auge del comercio entre España y sus colónias aumentaba el poderío económico y con este las principales villas de la isla se hacían vulnerables al ataque de corsarios y piratas y de naciones extranjeras, por lo que la arquitectura colonial se vió obligada a recurrir a soluciones amuralladas en las cuales las viviendas y edificaciones se hacinaban pared con pared, patio con patio, dejando el lado más corto para el frente de las estrechas calles o hacia las pequeñas plazas a escala casi doméstica.
La arquitectura militar fue una constante de este período a lo largo y ancho de la isla.
De aquí la importancia de la presencia de castillos y fortalezas como fórmula efectiva para protegerse de amenazas militares y armadas.
La arquitectura colonial cubana y sus aspectos constructivos.
La arquitectura colonial cubana con carácter civil está caracterizada por el empleo de columnas, arcadas, barandas, vitrales, lucetas y puertas que marcaron definitivamente el aspecto constructivo de la isla y que puede encontrarse en mayor medida en La Habana, Trinidad, Cienfuegos, Camagüey y Santiago de Cuba, aunque se advirte a lo largo del país.
Dentro de las soluciones arquitectónicas criollas se destaca el uso del ¨soportal columnal arquitrabado¨ que muestra una cierta libertad, funcionalidad y sencillez decorativa.
Así también, se diferencian de los rígidos estilos europeos en el color, en las altas puertas y ventanas, las barandas de balcones y escaleras y más allá de las amplias residencias para configurarse en la abundancia de parques, fuentes, plazas, plazoletas, bancos, estatuas y todo el mobiliario interior celosamente concebido para armonizar con la arquitectura ambiente.
Un gran peso posee también la religiosidad dentro del desarrollo de la arquitectura colonial cubana, representada por obispos y órdenes monásticas con sus numerosos templos, seminarios, capillas y cementerios construidos bajo el apremio de la iglesia en tierras cubanas.
En la atmósfera colonial cubana todo tenía sus fundamentos. Detrás de cada plano arquitectónico había un sentido colonial que representaba la clase dominante y los emergentes criollos ricos.