
Contents
- 1 Las artes plásticas en Cuba herencia de los negros esclavos procedentes de África.
- 2 Primeras manifestaciones de las Artes Plásticas en Cuba.
- 3 Los primeros artistas cubanos
- 4 Las Artes Plásticas en el siglo XIX.
- 5 Artes plásticas en la República
- 6 Otros grandes pintores de la República.
- 7 Otros artistas plásticos durante la República.
- 8 Las Artes Plásticas a partir de 1959.
- 9 Período 1959-1979.
- 10 Las Artes Plásticas en los 70 del pasado siglo.
- 11 Artes Plásticas desde 1980 hasta hoy.
- 12 Las Artes Plásticas cubanas en los noventa.
- 13 Las Artes Plásticas en Cuba desde el 2000.
- 14 Artistas más relevantes en la actualidad.
Las artes plásticas en Cuba herencia de los negros esclavos procedentes de África.
Las artes plásticas en Cuba son la expresión de la imaginería, pintura, escultura, cerámica, grabado, fotografía, arquitectura y diseño gráfico creados por el hombre.
En Cuba de forma particular, son expresión de todas las concepciones estéticas traídas a la Isla especialmente por los colonizadores españoles y por los negros esclavos procedentes de África.
Hoy son una expresión muy consolidada, pero tuvieron que pasar siglos, aparecer artistas en las distintas épocas, influenciarse por movimientos internacionales y por el propio talento, para que tuvieran el alcance de hoy.
Después de 1959 el nuevo gobierno promovió una política cultural que potenció el desarrollo de todas las manifestaciones del arte y donde la pintura no fue una excepción.
Los creadores expresaron sus inquietudes e influencias en todas las épocas hasta hoy. Para entender mejor qué sucedió en Cuba hasta la actualidad con este tema, es prudente verlo a través de sus distintas etapas.
Primeras manifestaciones de las Artes Plásticas en Cuba.
Los aborígenes, primeros habitantes de la isla fueron los autores de las primeras manifestaciones de las artes plásticas cubanas.
En los sitios arqueológicos descubiertos donde se situaron sus aldeas se han encontrado vasijas de barro, hachas petaloides de piedras simétricas y pulidas.
Se añaden los objetos de uso ceremonial o religioso como los cemíes, ídolos o imágenes labrados y tallados en piedra, barro o madera, concha o madrépora y los dujos, asientos de madera dura como si fuera un banquillo de cuatro patas, cuyo espaldar terminaba muchas veces en una curva continuada con molduras simbólicas que son muy estimados por su valor, delicadeza y cuidado de la talla.
Tras la fundación de las villas todo cambió. En La Habana, por ejemplo, se diseñó el escudo de la ciudad con la representación de la llave que señala la posición estratégica de Cuba en el Golfo y las tres torres de sus grandes construcciones militares de defensa de la flota.
En el escudo de La Fuerza se colocó la estatua de bronce de La Bella Habana conocida después como La Giraldilla, hoy símbolo de la ciudad.
Se trazaron las primeras calles y se construyeron las primeras iglesias, el pintor Juan Camargo fue el primer artista que en 1584 realizó el retablo de la Parroquia Mayor.
En el interior de las iglesias se colocaron imágenes talladas, candelabros, sagrarios y misales.
Las edificaciones también fueron una demostración de creatividad. La influencia morisca, con balcones y galerías cubiertas en el piso alto con techos y alforjas decorados y la materialización del estilo barroco en la arquitectura del siglo XVIII.
Todo ello contribuyó a la aparición de artistas que trabajaron sobre todo la pintura.
Los primeros artistas cubanos
José Nicolás de Escalera fue el primer pintor cubano que se conoce en Cuba.
Fue el autor de las escenas que aparecen en la iglesia parroquial de Santa María del Rosario construida entre 1760 y 1766 por José Perera y fundada por el Primer Conde de Bayona.
Se le llamaba La Catedral de los Campos de Cuba y en su interior están las pinturas murales que ejecutara.
En una estampa de la leyenda familiar de la Casa Bayona aparece por primera vez un negro esclavo que se dice indicó a su amo las propiedades del agua mineral en los alrededores.
Pero coma tal, la pintura cubana apareció a finales del siglo XVIII, cuando todavía era considerada un oficio.
Los retratos eran los encargos más frecuentes y con los cuales ganaban su sustento.
Destacó Nicolás de Escalera autodidacta, pintaba copiando, dedicado casi exclusivamente al tema religioso.
Es el autor de las conchas de la iglesia de Santa María del Rosario, único ejemplo de escenas costumbristas del siglo XIX.
Francisco Javier Báez también desarrolló una obra con retratos laicos, estampas religiosas y marcas de cigarros, que más tarde alcanzarían gran importancia.
Las Artes Plásticas en el siglo XIX.
En el siglo XIX el estilo barroco da paso al neoclásico, la madera y la cantería se sustituyeron por el hierro y el mármol.
Varias plazas en La Habana utilizaron amplios portales sostenidos por columnas.
El Templete, pequeño monumento de estilo neoclásico donde se celebró la Primera Misa de la Villa fue decorado en su interior con tres murales, obra del pintor francés Vermay.
En el Cerro y el Vedado un tiempo después se construyeron hermosas residencias con portales sombreados, rejas y cancelas de hierro y medios puntos de vidrios en colores.
En la novela Cecilia Valdés se mencionan los retratos de los dueños de la Casa Gamboa, hechos por Vicente Escobar, un descendiente de pardos libres que viajó al extranjero y estudió en Madrid donde fue nombrado Pintor de Cámara de la Corte Española.
Sus retratos se caracterizan por su suavidad y expresión ingenua, fue el mejor retratista capaz de captar la personalidad de sus retratados.
Con el desarrollo de la industria tabacalera surgió la necesidad de mejorar la presentación y envase de los puros cubanos.
El anillo y las hojas de papel que lo envolvían se adornaban con grabados elegantes, vistosos y coloridos.
Esto atrajo a varios artistas extranjeros y a cubanos como Barrera y Barañano, dibujantes que representaban la flora y frutos, ingenios y escenas de paseos y caminos, un arte que se extendió a las cajetillas de cigarros.
Víctor Patricio de Landaluce, vasco de origen, vivió y también murió en Cuba y fue autor de caricaturas donde ejercía la crítica.
Así apareció El Liborio, guajiro de guayabera y jipi que amaba las peleas de gallo, y el esclavo elegante que celebra las coqueterías de las mulatas. Su obra manifestó verdaderos valores pictóricos.
Fue en 1818 cuando Juan Bautista Vermay, pintor francés y autor de los murales del Templete, fundó la Escuela de San Alejandro que todavía hoy continúa formando las nuevas generaciones de artistas.
Pero al principio se siguieron las formas románticas acercándose a la naturaleza en forma sentimental e idealizada sin tener en cuenta a pintores criollos ni a grabadores cuyas obras en realidad no eran muy académicas, pero lograban atrapar lo cubano.
Destacó José Joaquín Tejada retrató el paisaje de la isla con total dominio de la técnica. Un ejemplo de ello fue su obra «La Lista de la Lotería» que se exhibe hoy en el Museo Bacardí de Santiago de Cuba.
De manera general toda la pintura creada en esta etapa solía representar exactamente la realidad, con sus tamaños, luces y sombras, pero sin derroche de colores.
De manera general los temas fundamentales de la época fueron el paisaje rural, el costumbrismo, la religión, la historia y los retratos.
Los principales exponentes del paisaje rural fueron Esteban Chartrand, Valentín Sanz Carta, Federico Américo, Miguel Arias, Federico Fernández Cavada, Gonzalo Escalante y Leopoldo Romañach.
Del Costumbrismo Víctor Patricio Landaluce, del religioso José Nicolás de la Escalera y los principales retratistas fueron Juan Bautista Vermay, Hércules Moreli, José Arburu Morell, Francisco Cisnero, Juan Jorge Peoli, Miguel Melero, Guillermo Collazo, Armando Menocal y Vicente Escobar.
Artes plásticas en la República
Durante la República los pintores que fueron formados en San Alejandro continúan su trabajo de manera academicista, muy formal y esto también sucede con los escultores Ramos Blanco y Florencio Gelabert.
Las Artes Plásticas en Cuba no solo se desarrollaron en La Habana, también en otras regiones de Cuba se cultivó la pintura académica, destacando los pintores Mariano Tobeñas y Oscar Fernández Morera en el centro de la isla.
Para 1925 ya algunos de los pintores que estudiaron en san Alejandro manifestaron su inconformidad e insuficiencia con lo aprendido y viajaron a Europa, en especial a Francia, para absorber los planteamientos del arte contemporáneo.
En este grupo sobresalió Víctor Manuel, autor de la obra Gitana tropical, entre muchas otras, recibido con gran reprobación y escándalo, pero al mismo tiempo admirando la belleza de sus obras.
En 1927 se expusieron obras de este nuevo arte, el escultor Juan José Sicre Víctor Manuel, Antonio Gattorno, Carlos Enríquez, Eduardo Abela y Fidelio Ponce de León.
Grandes para su tiempo sufrieron la incomprensión y el poco respaldo a su trabajo. Sin embargo, todos trataron de reflejar la situación social de su época como arma de protesta.
Otros grandes pintores de la República.
Para 1937 Abela dirige el Estudio Libre de Pintura y escultura. Allí fueron profesores Mariano Rodríguez y René Portocarrero quienes volvieron al criollismo a través de la utilización de medios puntos, rejas, gallos y la vegetación.
Se tiende al barroco en los cuadros de Mariano, Portocarrero y Felipe Orlando. Amelia Peláez influida por el cubismo utiliza temas cubanos, flores, frutas con intención decorativa.
Wifredo Lam regresa a Cuba tras concluir la Segunda Guerra Mundial, influido por Picasso y el arte negro, aparece La Jungla que forma parte del Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Otros importantes pintores de la época son Luis Martínez Pedro, Ernesto González Puig, Rita Longa, Eugenia Rodríguez y Marta Arjona.
Guido Llinás, Raúl Martínez, Antonio Vidal, Salvador Corratgé, Hugo Consuegra, Fayad Jamís, Pedro de Orá, Tomás Oliva, José A. Díaz Peláez, Francisco Antigua y Agustín Cárdenas conformaron el llamado Grupo de los Once.
Otros artistas plásticos durante la República.
En 1963 aparece el estilo abstracto de Antonia Eiríz , la fotografía de Mayito y las esculturas con hierro y deshechos de Francisco Antigua, Agustín Cárdenas y Tomás Oliva.
La pintura mural tiene exponentes en la Escuela Nacional de Arte, La Casa de Las Américas, el Hotel Habana Libre.
Blanco, Abela, Massaguer, J. David, Posada, Nuez, Chago y Guerrero representan la caricatura. El grabado por otra parte fue obra de A. Eiríz, Peña, Gámez, Sosabravo, Lesbia Vent Boza, Canet y Zarza.
Los afiches y la litografía la representaron Raúl Martínez, Peña Tony Evora, Fremez, Roostgard y la fotografía fue obra de Korda, Mayito, Ernesto Fernández, Salas, Nadal, entre otros.
Destacaron además los arquitectos Eugenio Batista, Porro, Garatti, Gottardy, Salinas Fernández y Montalbán.
Las Artes Plásticas a partir de 1959.
Las Artes plásticas en Cuba, en el periodo de la Revolución fueron testimonios vivos de los cambios acaecidos en la isla luego de 1959 y se sensibilizaron desde el comienzo con la nueva proyección cultural y artística del proceso.
El cambio gubernamental y político de 1959 hizo posible que llegara a todos los lugares y espacios la creación, difusión y consumo de la cultura.
También posibilitó la creación de instituciones, la estructuración del sistema de enseñanza artística, la atención a talleres y academias de diferentes niveles de enseñanza, así como la promoción de la obra cubana en espacios y eventos.
Período 1959-1979.
A partir de 1959 comenzaron a aparecer distintas organizaciones para promover el arte y la cultura en general.
Algunos de ellos fueron el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), el sistema de galerías y toda una serie de exposiciones y la Escuela Nacional de Arte (1962).
En la primera década se promueven los talleres de grabado y de diseño gráfico, lo que provoca el desarrollo del cartel y la valla, con fuerte influencia del pop-art y de la cartelística polaca. Raúl Martínez, Eduardo Muñoz, Umberto Peña, Alfredo Rostgaard fueron algunos de los que desarrollaron esta modalidad.
Durante los años sesenta y parte del setenta, artistas como Martínez Pedro, Antonio Vidal y Sandú Darié continúan trabajando lo abstracto y la libertad de los procedimientos predominó en otros artistas que fueron desde la propia abstracción y pasaron por el ensamblaje y el collage.
En la pintura y la escultura sobresalen Antonia Eiriz, Raúl Martínez, Servando Cabrera Moreno y Ángel Acosta León. Manuel Mendive, aparece con las deidades africanas y la religiosidad popular.
Las Artes Plásticas en los 70 del pasado siglo.
En esta década hay una dependencia a la cultura de la Unión Soviética.
Se ha calificado como decenio oscuro o década gris porque bajo el lema el arte como arma de la Revolución mucho de lo producido fue más propaganda ideológica que arte.
Sin embargo, salvaron un poco estos tiempos artistas como Flavio Garciandía, Rogelio López Marín, Tomás Sánchez, Roberto Fabelo, Zaida del Río, Manuel Mendive y Nelson Domínguez.
Aparece la obra de artistas cubanos formados en los Estados Unidos, destaca Ana Mendieta, primera artista cubana emigrada que logra exponer dentro de la isla.
Artes Plásticas desde 1980 hasta hoy.
A partir de los años ochenta la pintura y la escultura, las experimentaciones relacionadas con lo conceptual ganaron fuerza y protagonismo.
Se puso de moda el instalacionismo y la experimentación de vanguardia.
El happening y performance pasan a ser expresiones del sentir y de la transformación social. Al principio, los artistas quisieron llevar sus propuestas a la calle, pretendiendo acercar el arte a la gente.
Para lograrlo creaban situaciones donde hacían participar al espectador en la obra. Al final, las propuestas conceptuales retornan a las galerías y a las salas de exposición. Así se desarrollaron tres líneas fundamentales de trabajo:
– Los que consideraban que la obra de arte era un objeto que sustentaba una dimensión espiritual y que era capaz de curar, sus principales exponentes fueron Juan Francisco Elso Padilla y José Bedia.
– Los que centraron su interés en valorar los aportes de la cultura popular, entre ellos Flavio Garciandía y Rubén Torres Llorca.
– Los que desarrollaron su arte dentro de la crítica social, cultural y política como Eduardo Ponjuan, René Francisco, Alejandro Aguilera, Lázaro Saavedra, José Ángel Toirac.
Fue el renacer del arte cubano tras el llamado decenio oscuro y despertó el interés del mercado internacional por el arte producido en la isla además de la obligada censura y la represión cultural.
De forma general los artistas conceptuales reflexionaron sobre el sentido del arte, su función y lugar en la sociedad.
A su vez esta censura provocó entre las décadas ochenta y noventa, el segundo gran éxodo de intelectuales sin precedentes en la historia y que por decirlo de alguna manera la diáspora de la cultura cubana.
El éxodo se tornó tema de investigación, muy importante entre los artistas de la siguiente década. Alexis Leyva Kcho, Sandra Ramos, Tania Brugueras se plantearon una reflexión en torno al fenómeno.
Las Artes Plásticas cubanas en los noventa.
Con todo lo heredado de los ochenta se revalorizaron los géneros individuales preocupados por la vuelta al oficio por parte del artista y las tendencias se dirigen hacia el cinismo, la simulación y la pose.
Pero la llegada del llamado período especial impuso problemáticas sobre las condiciones y los recursos. Los artistas pasaron de crear a tratar de vender para sobrevivir.
El paisaje, los objetos típicamente cubanos, las calles y otros detalles estéticamente agradables, pero sin vuelo creador se impusieron para la supervivencia.
Las Artes Plásticas en Cuba desde el 2000.
Arte y sociedad han estado ligadas desde su origen. Por eso los años 2000 recibieron esta dualidad, los cambios sociales, las nuevas tecnologías y el cambio de mentalidad del cubano han marcado las artes plásticas en Cuba.
Hay nuevas aperturas de mercado, se mantiene el apoyo estatal al desarrollo de las artes visuales, surgieron nuevas formas de gestión de subvenciones, también han existido las tensiones y confrontaciones políticas debido a la incomprensión y el desconocimiento de los encargados de supervisar el contenido de las exposiciones de los artistas.
El cuentapropismo y la posibilidad de abrir las galerías privadas y otros espacios alternativos han alejado un poco el arte de las instituciones oficiales, lo mejor del arte no sucede allí.
Más reciente con la reanudación de las relaciones bilaterales entre Cuba y Estados Unidos muchos famosos han pasado por la isla, el turismo se abrió y con ello también se ha incrementado la atención sobre el arte cubano.
Se recuerda como uno de los sucesos de más repercusión mediática a finales de 2014 la obra El susurro de Tatlin de la artista Tania Bruguera.
Al siguiente año la Galleria Continua crea una sede en La Habana, y así poco a poco han puesto a disposición del público sus obras artistas de reconocido prestigio internacional como Michelangelo Pistoletto, Anish Kapoor, Jannis Kounellis, Daniel Buren, entre otros.
Artistas más relevantes en la actualidad.
Aunque los grandes artistas de toda la historia de la Plástica en Cuba se toman como referentes, una nueva generación se impone.
Entre ellos los más importantes se encuentran Alejandro Campings, Yornel J. Elías, Michel Pérez (Pollo), Celia y Yunior, Reynier Leyva Novo.
También se suman en este grupo Grethell Rasúa, Susana Pilar Delahante, Yaque, Fidel García, Javier Castro, Carlos Martiel, Mabel Poblet, Leandro Feal, Marcel Márquez, Adonis Ferro, Yonlay Cabrera, Néstor Siré y Luis Manuel Otero Alcántara.
Los temas principales de las obras giran en torno a la sociedad, la política, la violencia, el exilio, la muerte, entre otros.
De la misma forma aparecieron nuevos críticos y curadores y se insertan en los circuitos públicos y privados, tanto dentro como fuera de la Isla.
Es una nueva generación, con otra forma de expresión y pensamiento, que modifican el arte y lo actualizan a los más altos niveles, sin verse menos ante lo que se hace en otras partes del mundo.
Un ejemplo clave es el de la curadora, galerista y crítica de arte Yuri González, graduada de la Universidad de Oriente y radicada entre los mayores coleccionistas de la ciudad de Miami.
Otra modalidad importante es el arte gráfico, en este caso la pintura digital, como resultado de la aplicación de nuevas tecnologías, y que recrean la realidad con fantasía en un mundo virtual y atractivo acorde a los tiempos que se viven.
Esta manifestación todavía no posee muchos creadores en sus filas por la falta de acceso a internet con suficiente calidad.
Tampoco existen suficientes galerías virtuales, ni existe la libre posibilidad de imprimir esas obras en formatos asequibles, por carencia de tecnología o de dinero.
Se han realizado intentos para exponer de manera virtual pero todavía es muy limitado y exclusivo a la hora de escoger las obras, por lo que puede afirmarse que no es masivo.
El desarrollo de las Artes Plásticas cubanas han dejado una estela de nombres que han marcado épocas y estilos y que se insertan entre los mejores a nivel mundial.
Es sin dudas, un referente de la cultura. De paso por Cuba puedes visitar galerías y museos, tanto en La Habana como en otros lugares de Cuba donde pueden verse reproducciones y originales de muchos de los artistas mencionados.
Te recomendamos el Museo de Bellas Artes en La Habana y el Bacardí en Santiago de Cuba.