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Una mirada al Capitolio Nacional de Cuba.
Si estás de paso por La Habana, uno de los sitios que no puedes dejar de visitar es el Capitolio. Esta monumental obra, Monumento Nacional desde 2010, es otro de los símbolos que identifican la capital cubana tanto dentro como fuera de sus fronteras.
El Capitolio Nacional de La Habana se encuentra ubicado entre las calles Prado, Dragones, Industria y San José, es además el origen kilométrico de toda la red de carreteras cubanas.
Es uno de los centros turísticos más visitados de toda la ciudad, el edificio más imponente en cuanto a arquitectura y algunos le consideran uno de los seis palacios de mayor relevancia a nivel mundial.
Con estos escasos datos te invitamos a seguirnos para conocer más sobre el origen, la historia y características, de esta maravilla que no debes dejar de visitar de paso por La Habana.
¿Qué posibilitó la construcción del Capitolio habanero?
Antes de la construcción del Capitolio.
Para la construcción de este monumental edificio hacía falta espacio y se obtuvo del que quedó tras la demolición de las murallas de la ciudad en 1863.
En toda el área libre existía una rotonda rodeada de árboles y en cuyo centro se encontraba una estatua de Isabel II.
Luego en este espacio se diseñó el Parque Central de La Habana como lo conocemos hoy. Se diseñaron áreas verdes y parques y poco a poco se convirtió en zona de recreo más importante de la Capital.
Es increíble la acción del hombre siempre transformadora. Donde hoy se alza este edificio, símbolo de la ciudad existió una ciénaga, luego un vertedero y después un jardín botánico, el primero en la historia de la ciudad.
En 1817 el jardín se trasladó de sitio y comenzó a construirse una estación para el ferrocarril que enlazaría La Habana con Güines, se llamó Estación de Villanueva.
La estación fue trasladada al antiguo Arsenal de La Habana para construir en ellas la nueva estación terminal de ferrocarril y construir allí el Palacio Presidencial.
No fue hasta las primeras décadas del siglo XX, con las construcciones del Capitolio y el Palacio Presidencial, sede de los poderes ejecutivo y legislativo de la República de Cuba, que cambió su objeto al aparecer estos edificios que tuvieron un fin político. Al mismo tiempo aparecieron otras edificaciones sobresalientes que concedieron importancia a la zona y se desarrolló la actividad comercial.
Proyecto del Capitolio de la Habana.
Reseñan los apuntes históricos que cuando en 1925, el General Gerardo Machado Morales llegó a la presidencia, ya tenía el propósito de celebrar tres años más tarde la Sexta Conferencia Internacional Panamericana. Esta ocurriría en un edificio aún por construir.
El proyecto se encargó a la firma de arquitectos Govantes y Cabarrocas sobre la base de un proyecto anterior e introduciendo reformas.
Se organizó una comisión liderada por el arquitecto Raúl Otero y por los miembros del equipo francés dirigido por el urbanista y paisajista Jean-Claude Nicolas Forestier.
Otros importantes profesionales se incorporaron a la tarea y también aportaron ideas que hoy vemos en el edificio.
Forestier tuvo gran incidencia en toda la imagen que hoy observamos. Respetó el entorno y diseñó a su alrededor espacios públicos y parques.
Estos trabajos incluyeron los parques de la Plaza de la Fraternidad Americana, los jardines del Capitolio, la franja del Paseo del Prado, el Parque Central, los parques de la plaza del Palacio Presidencial y también los de la Avenida del Puerto.
El trabajo de este francés marcó el posterior desarrollo urbanístico de la ciudad de La Habana.
¿Cómo es el capitolio habanero?
El Capitolio nacional de La Habana es inmenso. Tiene un área total de 43.418 m². Tiene un cuerpo central con la escalinata y a los lados de esta dos grupos escultóricos hechos en bronce.
Tiene un portal sostenido por 12 columnas jónicas de granito, allí se ubican las tres puertas de acceso principal al edificio. Otro elemento que destaca es su cúpula, que como dato de interés añadimos, que en su momento fue la quinta más alta del mundo.
Bajo el domo, en su interior, está la escultura de La República, también en su momento la segunda más grande del mundo bajo techo.
El Salón de los Pasos Perdidos, el más grande de los espacios existentes en los edificios públicos de toda la isla une los laterales del edificio. En ellos encontramos lo que una vez fue la Cámara de Representantes y el Senado.
Bajo la escalinata principal está la «Tumba del Mambí Desconocido», allí descansa un sarcófago rodeado por seis figuras de bronce que representan cada una las seis provincias de la república.
Muchos otros detalles conforman la belleza del lugar y unido a esto el Capitolio Nacional se alza como el tercero en importancia en el mundo por su construcción y el único de esas características construido en el siglo XX.
Decoración y mobiliario del Capitolio.
La decoración y ambientación del Capitolio Nacional de Cuba, son un complemento destacado en el edificio. Resaltan el mobiliario, la lamparería, y los herrajes de la carpintería, todos con diseños propios y con monogramas particulares para este edificio.
Todos los trabajos fueron encargados a importantes compañías nacionales e internacionales que se ocuparon además de los herrajes de bronce, la lamparería, tapizados, cortinajes, lucernarios y vitrales, esculturas, bustos de mármol y bronce, así como los trabajos en mármol, basalto, pórfido, granito, ónix y de los de herrería y fundición, como barandas, rejas, escaleras de caracol y faroles de los jardines.
Se añaden los paneles escultóricos y bajorrelieves en piedras y mármol en las fachadas del edificio y en algunos espacios interiores.
El arte puede apreciarse incluso en las grandes puertas talladas, en las tribunas, estrados y mesas y en las pinturas murales y lienzos que decoran el lugar.
En uno de sus jardines interiores se encuetra una estatua dedicada a Mefistófeles o al Ángel Caído.
Un diamante ruso en el Capitolio Nacional.
Muchas historias se tejen alrededor del diamante del Capitolio, una piedra de 25 kilates que marcó simbólicamente el kilómetro cero de la carretera nacional.
Pero la historia más creíble es que fue propiedad del último zar de Rusia, Nicolás II y que llegó a La Habana a través de un joyero turco que lo compró en París.
Fue robado y recuperado un año más tarde, aunque nunca se supo quién fue. Desde hace varias décadas se exhibe una réplica por seguridad, el original se guardó en la caja de seguridad del Banco Central de Cuba.
Funciones del Capitolio Habanero.
Desde su fundación el Capitolio nacional ha variado sus funciones. Fue sede de la Asamblea Constituyente que en el año 1940 promulgó la famosa Constitución de 1940.
Después de 1959 se convirtió hasta hoy en la sede de la Academia de Ciencias y del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
Es un lugar para rendir homenaje a los héroes y mártires de la Patria, además de acoger la sede de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Como es natural con el paso de los años el edificio sufrió deterioro, por eso fue sometido a restauración y renovación para permitir el acceso al público.
Recientemente para celebrar los 500 años de la fundación de La Habana fue concluida la obra.
Curiosidades del Capitolio de La Habana.
Como incentivo para tu visita al Capitolio en tu paso por La Habana, te entrego algunas curiosidades del lugar.
– La cúpula del Capitolio es la primera curiosidad que te ofrecemos. Cuando se inauguró el edificio se podía ver desde los sitios más distantes de la ciudad y 20 millas mar afuera.
La luz de su faro, llamada El Centelleador, al tiempo de montarse era el único de su clase en el mundo y podía verse de una distancia de 50 millas.
– En las puertas de entrada están representados en orden cronológico, sesenta bajorrelieves con los hechos más interesantes de la historia de Cuba.
– En los acabados interiores del Capitolio hay más de 20 kilogramos de oro usados de distintas formas.
– En uno de los patios hay una tarja en homenaje a los cinco obreros muertos en la construcción del Capitolio. Dos de ellos fallecieron un 15 de julio y con solo un año de diferencia.
– En uno de sus patios interiores está El Ángel Rebelde, estatua inspirada en Lucifer, una de las pocas alusivas a Mefistófeles en todo el mundo.