El Castillo de la Punta

El Castillo de San Salvador de La Punta
El Castillo de San Salvador de La Punta

El Castillo de San Salvador de La Punta y su historia

El Castillo de San Salvador de La Punta – realizado entre 1589 y 1630 – se constituye, junto al Castillo de la Real Fuerza y El Morro, en una de las tres principales fortificaciones de La Habana.

Esta majestuosa obra ingenieril se levanta a la entrada del puerto de la ciudad y se construyó para formar parte del primer sistema defensivo con que contó la capital de la isla.

Durante su materialización se generó una gran polémica y su dilatado y costoso proceso constructivo estuvo a punto de ser interrumpido en varias ocasiones por impedimentos económicos y contradicciones entre Antonelli y las autoridades de la isla.

Así también en diferentes épocas fue sometida a modificaciones estructurales.

En 1601 se demolió uno de sus cuatro baluartes y desde el momento mismo de su construcción jugó un papel determinante en la defensa de la entrada de la bahía, conjuntamente con el Castillo del Morro.

El diseño de la fortaleza data de las últimas décadas del siglo XVI y su artífice principal fue el ingeniero militar italiano Juan Bautista Antonelli.

El Castillo de la Punta fue declarado como Patrimonio de la Humanidad en el año 1982, junto al centro histórico y el sistema de fortificaciones de La Habana.

Hacia finales del siglo XX se instaló en esta fortaleza el Museo San Salvador de La Punta.

San Salvador de La Punta y su construcción

El Castillo de la Punta fue construido para formar parte del primer sistema defensivo de La Habana. Emplazado a la entrada de la bahía, este permitiría divisar con facilidad cualquier peligro en las costas y poder cruzar fuegos si un barco intentara forzar el puerto.

Por orden del Rey, Tejeda eligió a Diego de Quintanilla como alcaide del Castillo de San Salvador de la Punta y para los trabajos constructivos que comenzaron en 1589 designó a un aparejador de cantería, doce oficiales canteros, dieciocho albañiles, carpinteros, herreros y un fundidor de metales.

La mano de obra estaba compuesta en su mayoría por esclavos, soldados y presidiarios. Para 1593 ya la Punta se encontraba en condiciones aceptables.

A las primeras obras de Tejeda y Antonelli se le agregó otras de su sucesor Lorenzo de Cabreras.

En la noche del 29 de agosto de 1595 una tormenta destruyó gran parte del Castillo y encargaron su reconstrucción a Cristóbal de Rodas.

La arquitectura del Castillo de La Punta

La planta del El Castillo de San Salvador de La Punta, según los planos elaborados por Antonelli es trapezoidal.

Se trata de una construcción sencilla, sin ornamentos, pues está confeccionada en piedra. Los muros son anchos e inclinados y están elaborados con piedras talladas en sillares.

Estos muros miden 15 pies de altura, de diez a doce de grueso y veinte pies de terraplén. Poseía tres baluartes: Antonelli, Quintanilla – que dan hacia la tierra – y el de Tejeda, que da al mar.

Contaba además con dos semibaluartes: San Vicente y San Lorenzo, que finalizaban en los arrecifes.

Contaba con una infraestructura que le permitía contar con alojamiento para sesenta hombres de guarnición, pabellón para oficiales, cocina, la casa del capitán, aljibe, almacén de efectos de artillería, cinco piezas, calabozos y una capilla.

Tenía además agua corriente desde la Chorrera hasta dentro del fuerte. Luego de la reconstrucción de Cristóbal de Rodas el Castillo quedó estructurado en forma de cuadrilátero con cuatro baluartes en cada ángulo y sus flancos regulares.

Los baluartes de San Lorenzo y Tejeda dan al mar y los de Antonelli y Quintanilla dan hacia la tierra. Los lienzos o cortinas intermedias tenían aproximadamente cuarenta varas de largo.

La cortina que daba al mar, entre los baluartes Tejeda y San Lorenzo se atrajo más hacia la tierra y se mantuvo la habitación del comandante, el alojamiento para sesenta hombres, la capilla y el calabozo.

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