Sobre el tema musical Cimarrón de William Vivanco.
«Escribí Cimarrón utilizando pequeños sonidos onomatopéyicos divertidos, `bu-lu-la-la’, y la cosa se convirtió en una especie de gran broma», afirma sobre este tema William Vivanco. La broma todavía le divierte, aunque parezca estar reñida con el trasfondo más serio de la canción.
La palabra «cimarrón» (literalmente, «alguien que vive en las cimas de las montañas») hace referencia a los esclavos africanos que se escapaban de sus dueños españoles, y la canción es la historia de la búsqueda de la libertad del propio Vivanco.
Escribió Cimarrón cuando llegó por primera vez a La Habana, aunque llevaba consigo la historia desde Santiago de Cuba. La idea se le ocurrió mientras estaba haciendo escalada en Baconao, un enorme parque natural situado a unos 20 quilómetros de Santiago.
«Ahí es donde sentí por primera vez el espíritu de Cimarrón, el negro que había sido esclavo, se había escapado y se había refugiado en las montañas. Además de la de Cimarrón, sentí que estaba descubriendo mi propia historia. En cierta manera, Cimarrón soy yo, por mis orígenes, mis antepasados haitianos-africanos, pero no sé quién era él, quién era yo.»
“Era una idea que traía de haber subido a la Gran Piedra con un grupo de amigos. Iba sintiendo el olor de los pinos, cómo va cambiando el ambiente y me fui formando la idea de un cimarrón, de una cuestión de libertad y sale esta canción.
El sonido onomatopéyico fue un detalle de las cosas que aprendí en el Coro Madrigalista. De momento fue un tema atractivo para la producción del disco y para Léster Hamlet que dirigió el video clip. Todo eso me tomó por sorpresa.”
En toda Cuba se escuchó “Cimarrón”, del año 2002, perteneciente al disco Lo tengo to’ pensao.
Sobre William Vivanco
William Vivanco es un cantante y compositor de una música fresca, joven, llena de vida, mezcla de ritmos muy variados como el reggae, el bossa nova, el blues y el rap, los cuales une para crear una melodía que atrapa al oyente. Todos sus discos sobresalen por ser originales y enérgicos, en sus letras osadas, poéticas y rebeldes podemos encontrar crónicas de su tiempo, sus raíces, su país, su gente, sus costumbres y todo lo que lo hace cubano.
Su paso por el prestigioso Coro le ha servido para colocar su voz en los registros más variados. Esa capacidad la puso a prueba en varios temas de su primer disco Lo tengo to’ pensao (Sello Bismusic) que incluye canciones como «Cimarrón», «Negra Sálvame» o «Barrio Barroco». Este cantautor es una figura clave de la música cubana del nuevo siglo.
Al crecer en Santiago, cuna del son y el bolero cubanos, además de lugar de nacimiento de la trova, Vivanco se encaminó de manera natural hacia la música.
Aprendió a tocar la guitarra dando vueltas por la legendaria Casa de la Trova de la calle Heredia, «robando acordes». Tocaba en la calle para ganarse las propinas de los turistas.
También cantó en un coro infantil profesional, educando la voz, aprendiendo las técnicas que le permitirían desarrollar su estilo vocal, con esa percusión suya característica.
El camino desde que salió de Santiago fue largo. Anduvo vagando por el campo cubano, tocando en romerías que duraban todo un día y en el Festival de Cantantes de América de Guantánamo.
Cuando llegó por primera vez a La Habana, tenía 22 o 23 años.
En el festival de la canción de Santa Clara, un productor del sello Bis Music andaba viendo las actuaciones de todos los trovadores para lograr reunirlos en un álbum: ocho trovadores, dos canciones cada uno.
Posteriormente, el sello ofreció a Vivanco un contrato para grabar su primer álbum en solitario, que fue Lo tengo to’ pensao en 2002. Luego pasó a grabar con Telmary Díaz, una de las cantantes de rap más asombrosas de Cuba.
En 2007, Vivanco grabó su segundo disco en solitario, La Isla Milagrosa, producido por Descemer Bueno y Roberto Carcassés; y en 2009 graba El mundo está cambia´o.