Fábrica de Tabacos Partagás

Fábrica de Tabacos Partagás
Actualmente la Fábrica de Tabacos Partagás es fábrica y a la vez museo, donde trabajan cerca de 500 obreros enrollando puros de marcas afama

La Fábrica de Tabacos Partagás es una de las más antiguas y populares de Cuba.

Ubicada en Centro Habana, a escasa distancia del Capitolio Nacional, la Fábrica de Tabacos Partagás es una de las fábricas de tabaco más antiguas, populares y visitadas de La Habana. Fue fundada en 1845 por el español Jaime Partagás.

Es el lugar donde apareció por primera vez la figura del “lector de tabaquería”, que tiene la misión de leer en voz alta diarios y novelas para entretener a los torcedores de puros mientras trabajan.

Edificio de la Fábrica de Tabacos Partagás.

El edificio original, que incluye un patio interior rodeado de una arcada y actualmente cubierto, fue ampliado al inicio del siglo XX con la construcción de la planta superior y de un anexo de dos pisos.

Su expresión exterior es sencilla y corresponde a la imagen que se hizo común en ese entonces: fuerte y maciza presencia, distribución regular de vanos alargados con platabandas y guardapolvos en la fachada, y balcón corrido con barandas de hierro.

El motivo de más atracción son los aletones de ondulada reminiscencia barroca sobre los pretiles de ambos bloques.

El año 1845 en la fachada señala la fecha en la que se fundó la marca de cigarros Partagás, que instaló su sede en este edificio a principios del siglo XX.

El espléndido edificio de estilo colonial fue cuidadosamente restaurado en 2013.

Historia de la Fábrica de Tabacos Partagás.

Don Jaime Buenaventura Ambrós Partagás y Ravell nació en Barcelona, España, el 7 de diciembre de 1816.

A los 14 años embarcó hacia Cuba, y a los 18, con ayuda de amigos y parientes, se estableció en los negocios del tabaco.

Hacia 1838 comenzó a torcer puros y abrió un «chinchalito» en la calle Industria y Barcelona, en La Habana, y en 1845 se mudó para una mansión adaptándola para fábrica, en la calle Industria entre Barcelona y Dragones.

Por esta misma fecha compró en Pinar del Río la finca ¨Hato de la Cruz¨ para el cultivo de tabaco.

En diciembre de 1854 inscribió formalmente en el Registro Mercantil la emblemática marca “Flor de Tabacos de Partagás y Compañía”.

El nombre, más adelante se cambió a «Real Fábrica de Tabacos Partagás», y supuestamente se eligió este nombre, ya que por su calidad Jaime Partagás se había convertido en proveedor de habanos para la nobleza de diferentes países de Europa y Asia.

El 18 de julio de 1868, Partagás murió asesinado mientras se encontraba en una de las plantaciones de Vuelta Abajo. Se dice que por rivalidades en los negocios.

Tras la muerte de Jaime Partagás, la Real Fábrica de Tabacos pasó a la familia Bances, propietaria de una de las mayores casas bancarias de la época. En 1888 cayó bajo el control de capital británico, que se retiraría en 1896.

Fue vendida por Juan A. Bances a Ramón Cifuentes Llano en 1899, constituyéndose como “Cifuentes, Fernández y Compañía” y, al asociarse después con Francisco Pego Pita, se creó “Cifuentes, Pego y Compañía”.

Al fallecer Pego en 1941, pasó el control exclusivo a la familia Cifuentes, convirtiéndose en “Cifuentes y Compañía”.

Antes de 1959, Partagás fue el segundo productor en importancia en el país, con el 4.8% de la producción total, solo superada por “Menéndez, García y Compañía”, productores de las marcas H. Upmann y Montecristo.

Después del triunfo de la Revolución Cubana, en 1959, la fábrica pasó a ser propiedad del Estado.

Fábrica de Tabacos Partagás en la actualidad.

Actualmente la Fábrica de Tabacos Partagás es fábrica y a la vez museo, donde trabajan cerca de 500 obreros enrollando puros de marcas afamadas como Churchill, Lusitania, Montecristo o Cohíba.

La fábrica se puede visitar con un tour guiado, donde el visitante puede descubrir cómo se separan y clasifican las hojas en la planta baja, y cómo se enrollan, se prensan, adornan y empaquetan los puros en las plantas superiores. Dado que las plazas son limitadas, es recomendable reservar con antelación.

La fábrica también alberga un salón de ventas, donde se puede elegir entre una gran variedad de habanos.

El salón cuenta además con una barra donde es posible consumir un sabroso café cubano y adquirir rones de la marca Habana Club.

Tras una estrecha puerta de madera y cristal, se halla un salón VIP de paredes forradas en madera y cómodo mobiliario, lugar perfecto para la degustación de un buen puro.

Adornan algunas de sus paredes pinturas de retratos de reconocidas personalidades, amantes de los habanos, como Winston Churchill, Ernest Hemingway y el propio Jaime Partagás, realizados por Milton ¨El pintor del tabaco¨, con la técnica de óleo sobre papel manufacturado con hojas de tabaco.

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