Film María Antonia. Ficha técnica.
Año: 1992
Duración: 102 min aprox
País: Cuba / Color
Género: Drama
Idioma: Español
Formato: DVD / NTSC
Dirección: Sergio Giral
Actores: Alexis Valdés, Alina Rodríguez, Daysi Granados, José A. Rodríguez,Tito Junco, Asenenh Rodríguez.
Film. Sinopsis.
Corren los años cincuenta. En una casa de los suburbios de La Habana irrumpe María Antonia con Madrina pidiendo ayuda a los dioses.
Su inconformidad con la vida, el carácter rebelde y su amor propio lo han llevado a cometer un acto irreversible.
María Antonia, a la que ya no sorprende el bajo mundo, reniega entregarse a su diosa protectora y se condena. Sólo le queda un camino…
María Antonia es una mezcla del ritual Yoruba con traiciones románticas y lenguaje popular.
Ella es una prostituta que sale de la cárcel por posesión de mariguana y reclama el amor de su amante, un joven boxeador que aspira al título mundial y es el héroe local.
María Antonia. Crítica.
El Film María Antonia. En un sentido estrictamente primario, el personaje podría ser una variación moderna de tantas mujeres fatales, pasionales, dominadas por el destino, que han definido de una manera bastante clara, esa estética concebida a base de boleros, pugnas amorosas y una subcultura finalmente, que fuera – sigue siendo, para algunos- el “pan nuestro de cada día” en Cuba.
Pero María Antonia, es mucho más que la simple historia de otra mujer pasional. Debajo del triángulo amoroso, de las riñas en los bares o de la lujuria en el lecho, está lo convincente de una atmósfera y la credibilidad en la descripción de las acciones.
Sergio Giral, realizador de Techo de vidrio, hace trizas los prejuicios de sus más furibundos detractores.
Su película tiene el valor insoslayable de basarse en una pieza teatral, y no recordar nada de esta, en cambio.
No sólo porque la cámara de Ángel Alderete no se cansa de escrutar primeros planos (privilegio del cine) recreando estados de ánimo y transiciones de una manera muy natural, sino que se ha sumado a ello la riqueza expresiva del contexto y una escenografía funcional que complementa con claridad el sentido de lo que en algunos diálogos ni siquiera se insinuaba.
No es perfecta pero abundan más los buenos momentos (Alina Rodríguez y Elena Huerta impecables; una música de Síntesis con registros sonoros de nuestra idiosincrasia más auténtica) que los defectos que se les pudieran objetar (falta de intensidad en el personaje de Roberto Perdomo, por ejemplo).