Film La vida es silbar

Film La vida es silbar
Film La vida es silbar

Film La vida es silbar. Ficha técnica.

Año: 1998
Duración: 110 minutos.
Productora: Audiovisuales ICAIC
Guión: Fernando Pérez, Eduardo del Llano y Humberto Jiménez
Dirección: Fernando Pérez
Producción General: Rafael Rey
Dirección de Fotografía: Raul Pérez Ureta
Montaje o Edición: Julia Yip
Música Original: Edesio Alejandro
Sonido: Ricardo Istueta
Género: Drama

Intérpretes del Film La vida es silbar:

Coralia Veloz (Julia), Luis Alberto García (Elpidio Valdés), Isabel Santos, Claudia Rojas (Mariana), Rolando Brito (Dr. Fernando), Joan Manuel Reyes (Ismael), Bebé Pérez (Bebé), Ana Victoria Pérez, Jorge Molina (Cycle Driver)

Sinopsis.

Tres personas que no son felices se debaten entre el amor, el odio, las promesas, la verdad y los prejuicios.

Historias que se entrelazan con la ciudad como testigo mudo de sus dilemas.

Film La vida es silbar. Premios.

1997: Sundance Film Festival

-Premio al mejor guión latinoamericano otorgado por la NHK (Nipon Hoso Kyokai).

1998: XX Festival de La Habana

– Primer Premio Coral a la mejor película.
– Premio Coral a la mejor Dirección.
– Premio Coral a la mejor Dirección de fotografía.
– Premio Coral a la revelación femenina (Claudia Rojas).
– Premio FIPRESCI.
– Premio Especial de la OCIC.
– Premio El Mégano otorgado por la Federación Nacional de Cine Clubes de Cuba.
– Premio Radio Habana Cuba.
– Premio de la UPEC.

1998: Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica

– Seleccionada como la mejor película del año.

1998: Selección Anual de la Crítica, La Habana

– Premio Anual de la Crítica Cinematográfica de Cuba.

1999: Sundance Film Festival

– Premio a la mejor película latinoamericana.

1999: Premio de la crítica holandesa. Rotterdam, Holanda

1999: Internacional Forum of New Cinema. Berlín, Alemania

– Premio de la crítica de cine de Arte y Ensayo (CICAE).

1999: Festival Internacional de Friburgo, Suiza

– Premio del Jurado de Jóvenes.
– Premio del público.

1999: Festival Internacional de Santa Cruz, Bolivia

– Premio Especial del Jurado.

1999: Festival Internacional de Lima, Perú

– Segundo Premio del público.

1999: Festival Internacional de Viña del Mar Chile

– Premio Andacollo.

1999: Concurso Caracol UNEAC (cine)

– Mejor película.
– Mejor fotografía.
– Mejor edición.
– Mejor sonido.

2000: Premios Goya

– Mejor película hispanoamericana.

2000: Festival Internacional de Providence, Rhode Island, EEUU

– Primer Premio a la mejor película (escultura de Howard Ben Tre).

2000: Premio Internacional Ennio Flaiano para Fernando Pérez. Roma, Italia.

Contexto y crítica.

Con el derrumbe del socialismo europeo, en Cuba comenzó una nueva etapa.

La vida es silbar es una relectura de los orígenes por medio de una fe heterodoxa que incluye las supersticiones, la psicología, la sexualidad, los ritos afrocubanos, la música popular, la religión cristiana, el mito del éxito personal, la ecología.

En vez de decantar la realidad con el cinismo, asentar un pequeño reino de valores dispersos.

El Film La vida es silbar recurre, asimismo, a la alegoría, pero ya que sus objetivos «débiles» son proyectivos, y por eso mismo complejos, sus lecturas son menos «objetivas».

En sentido general, el Film La vida es silbar es una película experimental que trata de integrar lo insólito a su narrativa.

No se trata de un simplista «realismo mágico».

Las extrañezas del argumento expresan preocupaciones sociales demasiado presentes para divorciarlas de sus crisis, y verlas con los lentes del folklor.

Tres huérfanos se buscan (aunque no saben que se buscan) en una Habana cotidiana, más que fotogénica o mitológica.

Una misteriosa narradora (Bebé Pérez), ubicua como un ángel y necesaria para zurcir la dispersa realidad, conecta las historias de estos tres huérfanos que sólo alcanzarán un sentido personal algo trascendente cuando se encuentren.

La posición «trascendental» de la narradora habla de los niveles místicos, como aclimatación de la realidad, que La vida es silbar persigue.

La película aparece, asimismo, obsesionada con encuentros marginales y significativos, que hablan en sentido simbólico de ciertas realidades.

El taxista que siempre sale al paso de Julia, por ejemplo. O el otro taxista que en medio de la escasez devuelve una maleta llena de dinero a un turista.

O el hombre (Jorge Molina) que contempla caracoles. O el otro que se autoacusa de feo.

La presencia de estos personajes configura una especie de «mural» de la marginalidad, ya sea fuera de los discursos oficiales o integrados de manera paradójica a ellos, pero siempre «santificados» por la carencia.

A pesar de plantearse como comedia, esta película no es para reír, sino para meditar (silbando).

Y en esta meditación alcanzan muchas inseguridades tanto del planteamiento narrativo de la película como de la lectura de los diversos espectadores.

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