Algunos datos sobre la historia del tabaco cubano
Las características del tabaco cubano hacen que se le conozca mundialmente y ese reconocimiento lo ha situado en la meta de todo buen fumador.
La historia del tabaco cubano data de 1827. Por aquel entonces existían dos tipos de tabacos, los llamados de «regalía» – con una mayor calidad y alto precio y los «de millar común», que eran inferiores y baratos.
La reorganización de la industria hizo que los productores prestaran mayor atención a los tabacos de «regalía». Se registraron las primeras marcas para amparar el producto y empezó a prestarse especial atención al habano destinado a la exportación.
Desde los comienzos hasta 1845 solo existía el tabaco parejo con la perilla torcida en forma de cola de cerdo. Se le llamaba de «rabo de cochino».
La sustituyó la perilla llamada «ojo de perdiz» que redonda y pegada primero con almidón, luego con engrudo de harina y finalmente con goma tragacanto.
La competencia entre las marcas y los caprichos de los fumadores propiciaron el surgimiento de distintos tipos de vitolas. Se dividieron estas en parejas y figuradas.
Las primeras tienen forma cilíndrica y las otras, denominadas también ahuevadas, adoptan ciertos abultamientos en el centro o en los extremos. Vitolas comunes en el siglo XIX fueron las federales, novedades, imperiales, liliputanas, brevas, Londres, Reina María.
Otra se denominó Victoria. En 1900 inició sus actividades como entidad la Havana Commercial Co., conformada por empresarios norteamericanos y británicos, la cual fue popularmente conocida como El Trust. La Cuban Land&LeafTobacco Co. comenzó a moverse asimismo en la capital de la Isla.
La primera pretendía adquirir el monopolio de la manufactura del tabaco, por otro lado la otra perseguía igual propósito con los cultivos.
Esas intenciones se frustraron ante la negativa de los vegueros a vender sus tierras y de los industriales a desprenderse de sus fábricas.
Las marcas de tabaco de la época se agruparon en dos bandos: las que pertenecían al Trust y las que siguieron en manos de sus propietarios. La exportación del torcido se dividió aproximadamente en dos mitades.
Al extenderse por el mundo el hábito del tabaco las preferencias establecieron modalidades diversas para su consumo. El rapé y la pipa predominaron en los primeros tiempos.
Más tarde el tabaco torcido y posteriormente estuvo muy en boga la costumbre de masticar las hojas en su estado natural o en forma de rollos o tabletas llamadas andullo, que no era otra cosa que hojas de tabaco prensadas a la que se añadía alguna que otra sustancia. El cigarrillo es la última forma que asumió el tabaco.
Particularidades de la historia
Las peculiaridades de cada mercado y el gusto de los fumadores hicieron posible que el habano comenzara a clasificarse a partir de la zona donde había sido cosechado. La historia del tabaco cubano reconoce que en la isla existen varias zonas de cultivo.
La de Vuelta Abajo corresponde a la región más occidental de la provincia de Pinar del Río.
Parte de una línea imaginaria que se traza de norte a sur, desde Consolación hasta Río Hondo pasando por Herradura y la conforman Consolación del Norte, Mantua, Pinar del Río, Viñales, Guane, San Juan y Martínez, San Luis y Consolación del Sur.
Este territorio se subdivide a su vez en cinco subzonas: Costa Norte, Lomas, Llano, Remates-Guane y Costa Sur. Los términos de San Juan y Martínez y San Luis corresponden al Llano y allí se encuentran las más afamadas vegas de tabaco del mundo.
La zona de Semi Vuelta se ubica asimismo en la provincia pinareña desde Herradura hasta Las Martinas.
Por otro lado, la zona de Partido se localiza en La Habana y forman parte de ella los territorios de Alquízar, Bejucal, Caimito del Guayabal, Güines, Güira de Melena, La Salud, Madruga, San Antonio de los Baños, Santiago de las Vegas, Guanajay y Artemisa.
La zona tabacalera más extensa es la de Vuelta Arriba o Remedios. Se extiende por regiones de las tres provincias centrales y llega a Ciego de Ávila y Camagüey.
A la zona de Oriente corresponden las áreas de Alto Songo, Bayamo, Jiguaní, Mayarí y Sagua de Tánamo. En Vuelta Abajo se obtienen las capas más finas para las vitolas de alta calidad. La Semi Vuelta produce buenos capotes.