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Mandarina. Características.
La mandarina es un fruto similar a la naranja, más pequeña y un poco achatada por su base.
Es una de las frutas más populares del mundo por la facilidad con que se pela. La corteza es lisa y brillante, el color varía de amarillo a rojo-anaranjado y la pulpa puede ser dulce o muy dulce.
El fruto posee una forma globosa y deprimida en su base, mide alrededor de 4-7 cm de longitud y 5-8 cm de diámetro.
Su color es variable, puede ir desde el amarillo verdoso hasta el rojo anaranjado, aunque una característica importante es su corteza brillante.
Ésta es fácil de pelar y posee numerosas glándulas oleosas hundidas que impregnan las manos de la persona que las presiona, de ahí el característico olor que queda impregnado en los dedos del consumidor.
La pulpa es jugosa y dulce, se encuentra dividida en 10-12 gajos, con semillas o no en su interior en función de la variedad de que se trate.
La mandarina es una fuente de vitamina C, aunque en menor proporción que la naranja, es rica en fibra y posee un elevado contenido en agua.
La importancia comercial de la mandarina está en su consumo al natural, como postre o tentempié y cada vez es mayor la presencia de esta fruta en los mercados europeos.
En la cocina la mandarina se puede utilizar en platos de caza y cerdo, en platos de marisco, en ensaladas, etc. También se utilizan para infinidad de postres, como macedonias, tartas, cremas, etc.
A nivel industrial la mandarina se puede emplear para distintos productos derivados como el zumo, conservas como la mermelada o la confitura, para la elaboración de licor de mandarina extraído de la corteza, para la extracción de aceites esenciales utilizados para la fabricación de licores, en confitería y fabricación de bebidas refrescantes.
Pero en general podemos decir que la utilización industrial de la mandarina en zumos y jugos no es excesivamente importante puesto que la naranja posee mejores propiedades para estos usos.
Mandarina. Beneficios para la salud.
Al igual que la naranja, la mandarina fresca es baja en calorías. También es una buena fuente de fibra, potasio y vitamina C.
Esta vitamina puede influir en una serie de estados fisiológicos, particularmente en la reducción de nitrosaminas, las cuales poseen efectos cancerígenos.
Se ha indicado que la capacidad antioxidante de la vitamina C puede proteger contra diversos tipos de cáncer, a la vez que intensifica las funciones inmunológicas.
La mandarina también contiene folato, una vitamina del complejo B que guarda relación con la salud durante el embarazo, aunque su concentración no sea tan alta como la de la naranja.
Además, la mandarina (y otros frutos relacionados) es una fuente primaria de betacriptoxantina en la dieta.
La betacriptoxantina es un carotenoide no provitamina A con propiedades antioxidantes. Las dietas ricas en carotenoides están asociadas a una disminución del riesgo de contraer cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Las mandarinas tambien contienen los fitoquímicos D-limoeno, cumarina, flavonoides y terpenes. Estos compuestos ayudan a disminuir el riesgo de cáncer.
La mandarina es adecuada para tratar las úlceras, la vesícula, es buena para la fiebre, la anorexia, la tos y la intoxicación etílica.
También contiene una sustancia llamada hesperidina que posee propiedades bronquiodilatadoras y antiinflamatorias, es adecuada en el tratamiento de las úlceras y favorece el correcto funcionamiento de la vesícula.
El aceite volátil que posee puede estimular el aparato digestivo, propiciando la expulsión de los gases acumulados en el intestino y en el estómago y favoreciendo la digestión.
La mandarina abre el apetito, humedece los pulmones y elimina la tos.
Es útil para tratar la fiebre, el hipo, la anorexia, la tos con flemas y la intoxicación etílica.
De las mandarinas se puede consumir su pulpa o zumo o bien se pueden majar con cáscara aplicando la pasta obtenida.
Tradición popular en Cuba.
La cosecha de la mandarina en Cuba se efectúa en los meses comprendidos desde marzo hasta agosto, por ser la mejor época de rendimiento y calidad para el consumo en fresco.
Debe hacerse con mucho cuidado para evitar golpes, heridas u otros daños capaces de afectar la calidad y su conservación.
A la hora de comprar mandarinas y obtener el mejor valor nutricional y sabor, se debe seleccionar aquellas con olor dulce y las más pesadas para su tamaño, pues tienen más probabilidades de ser bien jugosa, con colores vivos y sin partes aguadas o blandas, ni áreas marrones.
La piel debe ser blanda, pero no arrugada.
Se guardan en la gaveta de los vegetales del refrigerador si no se va a comer de inmediato y duran hasta dos semanas para ser utilizadas.
Se prepara el jugo de mandarinas de la misma manera que el de naranjas. De hecho, se puede sustituir el jugo de naranjas por el de mandarinas en la mayoría de bebidas y recetas.