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El Museo Memorial Mártires de Barbados, en Las Tunas, constituye un homenaje a las víctimas del crimen de Barbados.
El Museo Memorial Mártires de Barbados fue fundado el 2 de julio de 1978 en la ciudad de Las Tunas, como homenaje a las 73 víctimas del Crimen de Barbados.
Los Mártires de Barbados.
Pocos actos terroristas en la historia de la humanidad han indignado y conmovido tanto a la opinión pública del planeta como el perpetrado contra una aeronave de Cubana de Aviación en pleno vuelo el día 6 de octubre del año 1976, minutos después de despegar del aeropuerto de Seawell, en la caribeña isla de Barbados.
En aquel crimen horrendo murieron 73 personas. El acto terrorista tuvo como mentor confeso al asesino y torturador Luis Posada Carriles, quien vive actualmente impunemente en Miami, Estados Unidos.
Entre las víctimas del sabotaje figuraron los miembros del equipo juvenil de esgrima de Cuba, que retornaban a casa desde Venezuela luego de conquistar en su capital los máximos honores en el Campeonato Centroamericano y del Caribe de la especialidad.
Eran 24 deportistas, 16 de los cuales apenas promediaban 20 años de edad.
Dos de aquellos jóvenes esgrimistas eran tuneros. Leonardo Mackenzie Grant tenía 22 años de edad y un creciente prestigio internacional; Carlos Leyva González acababa de cumplir 19 años y en él estaban cifradas grandes esperanzas para el ciclo olímpico.
Sus familias quedaron destrozadas por la tragedia. Para honrar eternamente la memoria de Leonardo y Carlos, existe en Las Tunas el Museo Memorial Mártires de Barbados.
Es la única institución de su tipo en el país, y encarna la voluntad de propiciarle al visitante un acercamiento a sus biografías a partir de documentos, fotos, trofeos, medallas y objetos personales suyos.
Fue el comandante Faure Chomón, por aquel entonces primer secretario del Partido en Las Tunas, quien tuvo la idea de concebir un museo que perpetuara en la comarca el recuerdo de ambos mártires.
Historia del Museo Memorial Mártires de Barbados.
El museo fue creado en la vivienda de Carlos Miguel Leyva González, uno de los mártires. La casa fue diseñada al estilo americano y consta de dos pisos de madera.
El memorial fue reconstruido totalmente en el año 2000, conservando la misma estructura, y actualmente posee tres salas expositivas.
La institución en sus inicios pertenecía al Instituto Nacional de Deporte y Recreación, pero en el año 1994 pasó a formar parte de la Dirección Municipal de Cultura.
Tiene como misión el rescate, conservación y preservación de los bienes patrimoniales, divulgar la historia nacional y local así como promover en la juventud el conocimiento de la vida de los mártires de Barbados.
En el patio se encuentra ubicada una escultura del matancero Juan Heznart Hedrich, titulada «Nuestros muertos alzando los brazos», obra que fue Premio Nacional del Salón Nacional de la UNEAC en 1978 y fue colocada en el museo un año más tarde. Para crearla, el autor apeló a un famoso verso del poeta Bonifacio Byrne, emblema de la hidalguía y el valor del pueblo cubano.
La pieza está facturada en metal soldado, cuyas asperezas le conceden un singular dramatismo.
Recrea desgarradoramente un cuerpo humano hecho pedazos y consumido por el fuego, pero erguido a pesar de todo, con un brazo en alto y el puño cerrado, dispuesto a defender a ultranza el suelo, la dignidad y la soberanía de la Patria. La estructura le otorga extraordinario simbolismo al entorno.
Salas expositoras del Museo Memorial Mártires de Barbados.
Tan pronto franquea el visitante la puerta de acceso, encuentra las fotos de las 73 víctimas del sabotaje, incluyendo las de cinco coreanos y 11 guyaneses, técnicos y deportistas.
Junto a las imágenes ordenadas en filas, una pintura remeda al DC-843 de Cubana y, al lado, la cronología desde que despegó en Guyana, sus escalas en Trinidad-Tobago y Barbados, y, finalmente, su caída al mar.
Un croquis reproduce la ruta del avión, según la captó el radar del aeropuerto de Seawell.
En la Sala 1, llamada también Sala de lo civil, se exponen pruebas irrebatibles de la veracidad del crimen, recogiendo las fotos de las víctimas y un fragmento del avión DSC-43.
La Sala 2, conocida como Sala de lo social, consta de dos secciones, una está dedicada a Carlos Miguel Leyva González, antiguo dueño de la vivienda, y la otra a Leonardo McKenzie Grant.
Ambas recogen objetos personales.
Entre las pertenencias de los mártires pueden mencionarse una instantánea de Carlos a los 35 días de nacido, su carné de militante de la Unión de Jóvenes Comunistas y el de usuario de la biblioteca, una libreta con notas de clases, su diario de entrenamiento, una postal dedicada de su puño y letra a su mamá por el Día de las Madres.
Un certificado emitido por el Comité Olímpico Mexicano reconoce las dotes de floretista de Leonardo.
También son suyos trofeos, placas, ropa, un radiograma dirigido a su hermano médico, armas, un comprobante del Servicio Militar, llaveros, cartas de referencias, su carné de identidad.
La Sala 3 o Sala deportiva, expone objetos relacionados con la vida deportiva de ambos jóvenes.
Algo que el museo-memorial exhibe con particular orgullo son las medallas “Soles sin Manchas”, entregadas por el Comandante en Jefe Fidel Castro a los familiares de las víctimas al cumplirse 25 años del crimen.