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Pablo de la Torriente Brau fue un destacado periodista e internacionalista cubano del siglo XX
Pablo de la Torriente Brau nació en San Juan de Puerto Rico el 12 de diciembre de 1901. Era el único varón en una familia de 4 hermanas, la prole del matrimonio de Félix de la Torriente Garrido (España) y Graciela Brau Zuzuarragui (Puerto Rico).
A temprana edad viajó con sus padres a España, luego a Cuba y a su tierra natal, Puerto Rico, hasta que su familia se instaló definitivamente en Cuba.
A la edad de nueve años escribió su primer artículo para el periódico El Ateneísta. Cuatro años después ingresó en el Instituto de Segunda Enseñanza de Santiago de Cuba. Terminó el bachillerato en La Habana, donde la familia estableció nueva residencia.
En enero de 1920 viajó en calidad de delineante a Sabanazo, en la región oriental de Cuba, donde se proyectaba construir un ingenio azucarero.
Allí conoció a Teté Casuso, que contaba entonces con siete años de edad y que años después se convertiría en su esposa. Por esa época publicó artículos en la revista Nuevo Mundo, de la que fue igualmente redactor, repartidor y agente de suscripciones.
Posteriormente trabajó en la Comisión de Adeudos de la Secretaría de Sanidad, hasta que pasó a trabajar de secretario en el bufete de Fernando Ortiz Fernández.
El 28 de febrero de 1930 se publicó su primer libro de cuentos, «Batey» y en julio de ese año se casó con Teresa Casuso Morín, ya para entonces una atractiva muchacha de dieciocho años, la mujer que lo acompañaría siempre.
Pablo dejó testimonio frecuente de su amor por ella en cuentos y cartas y se mantuvieron unidos tanto en Cuba como en el exilio, hasta que los separó la guerra civil española y la muerte prematura de Pablo.
Labor revolucionaria y periodística de la Torriente Brau
El 30 de septiembre participó en la manifestación que se organizó contra los crímenes y atropellos del gobierno del dictador Gerardo Machado.
En la refriega de los estudiantes con la policía durante esa jornada, el dirigente estudiantil Rafael Trejo González cayó herido de muerte y Pablo resultó herido en la cabeza.
El 3 de enero de 1931 fue apresado en la cárcel habanera del Castillo del Príncipe. Al salir escribió la serie de artículos «105 días preso«, publicada en el periódico «El Mundo«.
Poco tiempo después volvió a ser detenido y esta vez fue trasladado y confinado en el llamado Presidio Modelo ubicada en la Isla de Pinos (actual Isla de la Juventud).
De las experiencias vividas en el Presidio Modelo surgió «La isla de los 500 asesinatos«, una serie de trece artículos que publicó en el periódico Ahora y que le sirvió de base con posterioridad para escribir su libro «Presidio Modelo«, que dedicó al gran amor de su vida con estas palabras: «A Teté Casuso, que me escribió una carta cada día de los quinientos que estuve preso.»
En mayo de 1933 fue trasladado a la cárcel de La Habana y puesto en libertad. Salió al exilio junto a su esposa a bordo del vapor español Cristóbal Colón, que los dejó en Nueva York.
Desde allí continuó luchando contra la dictadura de Gerardo Machado, quien finalmente fue derrocado el 12 de agosto.
A su regreso a Cuba publicó «Tierra o Sangre«, una serie de reportajes donde denunciaba los abusos que se cometían contra el campesinado cubano.
Colaboró sobre temas diversos, de preferencia deportivos y sociales, en las publicaciones El Mundo, Bohemia, Social, Carteles, Alma Mater, Línea y Orbe.
La caída de Machado no había supuesto un cambio político en la isla por lo cual la lucha continuó.
En 1935 se convocó a una huelga general que fracasó y Pablo de la Torriente Brau tuvo que partir una vez más al exilio. Su destino nuevamente fue Nueva York.
No obstante, su deseo de escribir y luchar por un mejor destino para Cuba, lo llevó a colaborar en las revistas Bohemia y Carteles, bajo el seudónimo de Carlos Rojas.
Labor internacionalista de Pablo
El 18 de julio de 1936 estalló la Guerra Civil Española y Pablo marchó al frente como corresponsal.
El 28 de agosto logró embarcar en el buque Ile de France, como corresponsal de las revistas New Masses de (Nueva York) y El Machete (México).
Pasó por Bruselas donde asistió al Congreso Por la Paz. A su llegada a España, se dedicó en Barcelona y luego en Madrid a recoger testimonios y escribir crónicas memorables.
El 11 de noviembre fue nombrado comisario de guerra y miembro del Estado Mayor del 109 batallón de la séptima división. A la semana siguiente entró en Madrid.
El 28 de noviembre tuvo un encuentro con el poeta Miguel Hernández. El 17 de diciembre recibió la orden de marchar hacia Majadahonda donde cayó muerto de un disparo en el pecho el 19 de diciembre.
Cuatro días después rescataron y enterraron sus restos en lugar seguro y Miguel Hernández le dedicó su «Elegía segunda«.
Al caer la República, sus restos fueron sacados por un cubano en retirada y no han podido localizarse jamás. En 1940 se publicó su libro “Aventuras de un soldado desconocido cubano”, obra inconclusa escrita en su segundo exilio de Nueva York.
Pablo de la Torriente Brau, además de líder revolucionario e intelectual, fue también reconocido como el mayor cronista de su época y el padre del género testimonio en Cuba, siendo uno de los más altos exponentes del periodismo cubano en el siglo XX.
Su obra narrativa no testimonial —novela, cuento—, representativa de la vanguardia cubana, incorporó la riqueza del habla popular y la agudeza del humor para entregar vigorosos y trascendentes temas humanos.