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Historia de Guardalavaca
Playa Guardalavaca, en la provincia de Holguín, está reconocida como el balneario preferido del oriente cubano.
La playa de Guardalavaca fue inicialmente ignorada en algunos mapas de la región. No obstante, fue anotada en el diario de abordo del navegante genovés Cristóbal Colón, quien lo consideró entre los hallazgos más significativos realizados por su expedición en la mayor de Las Antillas.
Durante los siglos XVI y XVII era refugio para los corsarios y piratas de la región.
Esta zona fue asiento también del llamado comercio de rescate, que era el nombre que le daban los lugareños al contrabando que con los bucaneros hacían de las pieles del ganado a cambio de mercancías europeas. Antiguas tradiciones y leyendas atribuyen su nombre a la actividad de los piratas en la región del Caribe, pues era mencionada como el sitio preferido por los filibusteros para ocultar sus botines (también llamados «vacas»).
Otra historia, más realista, vincula esa denominación al alerta que emitían los nativos ante la proximidad de los saqueadores que venían por mar, donde el grito de «Guarda la Vaca» advertía a todos del peligro.
Sin embargo, otras versiones aseguran que a principios del siglo XX Guardalavaca solo era un remanso desconocido donde en los tiempos de tormenta los campesinos guardaban sus reses, tarea de la cual heredó el nombre.
En la actualidad, Guardalavaca, ubicada en la provincia de Holguín, resulta uno de los balnearios preferidos en el oriente de Cuba.
La belleza de sus fondos marinos la convierten en un excelente destino para los amantes del buceo y otros deportes náuticos.
Características de la Playa Guardalavaca.
La playa de Guardalavaca, que posee una franja de arena de 40 metros de ancho y poco más de mil 300 de largo, encierra los más diversos atractivos para el descanso, con características similares a otras playas de esta provincia del oriente cubano, entre las que se pueden mencionar Esmeralda y Pesquero.
A pocos pasos del mar comienza el dominio de la verde y exuberante vegetación de la campiña cubana para ofrecer a los visitantes un espectáculo exclusivo donde se mezclan el azul del mar con valles y cerros de una vegetación única, acompañada por la fauna local, donde el Tocororo ave nacional cubana, puede apreciarse junto a otros exponentes como pájaros carpinteros, cotorras, cateyes, guacamayos, jutías congas, el aborigen manatí e incluso caballos salvajes.
Playa Guardalavaca como sitio turístico.
La zona de Guardalavaca dispone de un rico potencial de recursos naturales para el desarrollo turístico como playas, cuevas, cayos y zonas de buceo; todos ellos conjugados con otras dotes históricas y culturales entre las que pueden citarse sus más de 10 espacios arqueológicos y el ser anfitriona de importantes eventos y tradiciones, lo cual la convierten en indiscutible plaza turística en la zona del Caribe.
Con la apertura del país en los años 1990, debido al colapso de la URSS, esta región vió un crecimiento económico acelerado, se comenzaron a construir numerosos hoteles lujosos y toda la infraestructura turística necesaria como restaurantes, tiendas, servicios de spa, entre otros.
En la actualidad Guardalavaca se ha convertido en el tercer polo turístico de Cuba, solo por detrás de La Habana y Varadero, con cientos de capacidades hoteleras y extrahoteleras, un sistema de transporte de última generación, y niveles de vida relativamente altos de la población debido al el aumento del empleo en el sector de los servicios.
Los programas de descanso turístico permiten además descubrir por mar sitios caribeños de la costa norte cubana, con altos valores naturales, culturales e históricos, en itinerarios que llegan hasta el museo arqueológico y la aldea taína de Chorro de Maíta, así como Gibara, ciudad de pescadores y con una arquitectura colonial bien conservada.
Para los amantes de la naturaleza, el atardecer en Guardalavaca reviste una formulación única que contrasta el progresivo predominio del verde de la vegetación sobre el azul del mar de la pequeña franja de playa, protegida a manera de silencioso centinela por una barrera de coral que le da además tranquilidad a sus aguas.