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Sindo Garay fue un músico cubano que supo ganarse un sobresaliente lugar en la trova tradicional
Antonio Gumersindo Garay nació en Santiago de Cuba el 12 de abril de 1867. En su casa, muy pobre, nunca faltó sin embargo el encanto de la música.
En sus años de infancia, en pleno apogeo de la primera guerra contra el coloniaje español, más de una vez llevó importantes mensajes de los patriotas cubanos.
Es famosa la anécdota de que siendo un adolescente cruzó varias veces la bahía de Santiago de Cuba, una de las más amplias del país, con órdenes y documentos de los laborantes cubanos contra España.
Un día se atrevió a tomar la guitarra de uno de los habituales asistentes a las descargas troveras de su hogar y comenzó a intentar imitar lo que veía hacer a sus mayores.
Un par de regaños y un par de intentos hasta que un golpe en la puerta lo interrumpe.
Era justamente el dueño de la guitarra, nada más y nada menos que el trovador santiaguero José Pepe Sánchez (considerado por importantes estudiosos de la historiografía musical de Cuba como «Padre de la Trova Cubana») quien enterado enseguida del «robo», quiso escuchar los descubrimientos del niño.
Aquellos mínimos acordes despertaron su emoción y un abrazo selló la certeza de que había nacido un artista. Fue desde ese momento alumno aventajado de Pepe Sánchez.
Sindo Garay el trovador
A los 16 años llegaría la primera guitarra, regalada por su hermano. Con esa misma edad comenzaría a autoalfabetizarse al no poder contestar una carta de amor de una muchacha.
Las canciones ya había aparecido; con solo 12 años, a orillas del río Guaso nació la primera «sindada»: una cuarteta musicalizada para recordar a una mujer.
Sobre su vida vale decir que Sindo aprendió toda suerte de acrobacias circenses y que más de una vez se ganó el sustento con ese trabajo.
Por otro lado jamás aprendió una nota musical, sin embargo sus obras han sido consideradas por prestigiosos como lecciones de armonía y composición y recibió y recibe numerosos elogios por su increíble capacidad como creador.
En broma, el trovador decía que su nombre era muestra de su ignorancia musical: Sin-Do, y que sin Do componía. Como ha demostrado la historia realmente no le hizo mucha falta saber.
En una breve estancia en la ciudad de Dajabón, en la frontera de Haití y Santo Domingo, conoció al Apóstol José Martí cuando pronunciaba un discurso de despedida al pueblo dominicano.
Años después recordaría aquel acontecimiento al escribir su canción «Semblanza a Martí«. Sindo Garay conoció a muchas importantes personalidades.
De muy niño Guillermón Moncada lo sentaba en sus piernas para oírlo cantar junto a su hermana, muy niña también.
Y a lo largo de su vida conoció entre otros al gran violinista Brindis de Salas, al tenor Caruso, Julio Antonio Mella y es probablemente el único que tuvo la oportunidad de estrechar las manos de José Martí y después las de Fidel Castro.
En Santiago de los Caballeros (República Dominicana), conoció a Petronila Reyes Zamora, a quien se unió por vínculos matrimoniales y fue la madre de sus cinco hijos: Eladio Guarionex (1901), María Guarina (1902), Julio Hatuey (1906), y Gumersindo Caonao (1910).
En 1900 regresó a la patria para establecerse en su natal Santiago de Cuba. Por esa época compartió su vida de trovador con la de artista circense.
En 1903, al viajar por primera vez a la capital cubana, deambuló como trovador por algunos barrios habaneros y frecuentó los portales del histórico café Vista Alegre, enclave de culto para trovadores y poetas de principios del siglo XX.
En 1910 grabó para el sello discográfico norteamericano RCA Víctor, pero algunas diferencias con la gerencia de esa casa lo hicieron cancelar sus contratos.
Para entonces compuso su célebre criolla «La perla marina», que no fue estrenada hasta 1913, en una exitosa función del capitalino teatro Martí.
En 1918 se instaló con su mujer e hijos en la ciudad de Bayamo, donde compuso su célebre bolero «La bayamesa», divulgada en algunos discos fonográficos como «Mujer bayamesa». En 1920 decidió regresar a La Habana.
Formó con Villalón, Ruiz y Corona, el grupo de los grandes de la trova. En 1928 viajó a París, junto a Rita Montaner y otros músicos cubanos, allí permaneció tres meses haciendo programas de habaneras.
Antonio Gumersindo Garay, su discografía.
Sindo Garay grabó infinidad de discos. Fue creador de más de 600 obras que retratan la idiosincrasia cubana; entre sus temas destacan su admiración por su tierra natal, los paisajes, las mujeres y el amor.
Entre sus creaciones encontramos: Amargas verdades, Mujer bayamesa, Guarina, La tarde, Perla, Retorna y Tormento fiero.
El bolero oriental tuvo en Sindo su mejor exponente, ya que le impuso su estilo peculiar con el rayado de las cuerdas de la guitarra para cerrar las frases musicales y la base rítmica con el llamado cinquillo cubano.
Como casi todos los cultores de la trova, Sindo trabajó también la canción y lo hizo con libertad rítmica, aunque tiene en su haber alguna que otra criolla, guaracha, algún bambuco influenciado por el quehacer colombianoEn julio de 1968, exactamente el día 17, moría a la edad de 101 años.
En su impresionantes funeral se encendieron tabacos y cigarros porque así lo había pedido Sindo.