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Wifredo Lam, Los primeros artistas plásticos cubanos
Wifredo Lam fue el más universal de los pintores cubanos, Wifredo Óscar de la Concepción Lam y Castilla nació en un barrio humilde de Sagua la Grande, Villa Clara, el 8 de diciembre de 1902.
Es el octavo hijo de Lam-Yam, comerciante y escribano chino nacido en Cantón hacia 1820, y emigrado hacia las Américas en 1860, y de Ana Serafina Castilla, una “mulata criolla” descendiente mestiza de familias originarias de África y España, nacida en 1862 en Cuba.
Desde sus primeros años demostró inclinación hacia el dibujo y la pintura; el Museo de Historia de su localidad natal atesora algunas de sus pinturas tempranas.
En 1920 matriculó en la Escuela Profesional de Pintura y Escultura San Alejandro, en La Habana, en la que realizó estudios hasta 1923.
Los retratos y paisajes que realizó entonces le abrieron las puertas de la Asociación de Pintores y Escultores de La Habana, en la cual ingresó en 1920, y de los Salones de Bellas Artes de esa institución.
En 1923 viajó a España para estudiar pintura como becario del ayuntamiento de Sagua la Grande. Estudió en la Academia de San Fernando de Madrid y recorrió diferentes sitios de la geografía peninsular.
Construyó un vocabulario visual que evolucionó de los retratos y el paisaje de corte académico hacia los temas y lenguajes del arte moderno.
Participó en la defensa de la República española, integró las brigadas artísticas internacionales y el sindicato de pintores de la Unión General de Trabajadores (UGT), para el que realizó carteles de propaganda durante la contienda.
A comienzos de los años treinta la influencia surrealista así como la de Henri Matisse era evidente en los trabajos de Lam.
En 1936, al visitar una exposición de Pablo Picasso se sintió fuertemente atraído hacia él tanto artística como políticamente.
De manera que en 1938 se fue a vivir a París, donde el propio Picasso lo tomó bajo su tutela y alimentó su interés por el arte africano y máscaras primitivistas.
La variada herencia multicultural de Lam así como su relación con la santería, se manifiestan extensamente en la obra del artista.
Introdujo la cultura negra en la pintura cubana y desarrolló una renovadora obra que integra elementos de origen africano y chino presentes en Cuba.
El 30 de junio de 1939 inauguró su primera exposición personal de importancia en la Galería Pierre de la capital francesa. Meses después, la exposición Gouaches by Picasso. Drawings by Wifredo Lam, en la Perls Galleries de Nueva York, demostró la simpatía y confianza que inspiraba al maestro español.
La gracia personal de Wifredo Lam le abrió las puertas de las tertulias de los cafés preferidos por la bohemia parisina, cuya concurrencia habitual quedó cautivada por el carisma del cubano.
Logró así insertarse en los círculos más selectos de las vanguardias artísticas de la primera mitad del siglo XX.
En el propio año de 1938 viajó a México donde permaneció con Frida Kahlo y Diego Rivera.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Lam vivió la mayor parte del tiempo en el Caribe, junto con Claude Lévi-Strauss, André Masson, y André Breton, cuyo poema Fata Morgana, Lam ilustró en 1940.
Lam regresa a Cuba
Los años posteriores a su regreso a Cuba en 1941 representaron el período decisivo en su carrera.
En La Habana, Lam imprimió ciertos giros a la tradición pictórica euroccidental dentro de la cual se había formado, al crear nociones híbridas hasta entonces inéditas en la historia del arte.
Las visiones y vivencias de su infancia, el mítico paisaje insular, la incorporación de contenidos e iconografías procedentes de los sistemas mágico-religiosos de origen africano extendidos en el Caribe y en Cuba, intervinieron en la definición de su arte.
En ese período pintó una extensa serie de óleos y temperas sobre papel kraft. Piezas como La silla (Colección del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana), La jungla (Colección del MoMA) y La mañana verde, todas de 1943, se clasificaron entre las obras maestras del momento.
Entre 1942 y 1950 Wifredo Lam realizó exposiciones regulares en la Pierre Matisse Gallery de Nueva York.
Su segundo matrimonio, en 1944 con Helena Holzer, terminó en divorcio en 1950. En 1946, tras una estancia de cuatro meses en Haití, Lam regresó a Francia vía Nueva York.
En 1948 conoció a Asger Jorn, con quien trabó una amistad de muchos años. Viajó intensamente hasta 1952, cuando permaneció tres años en París.
En 1955 reanudó los viajes, y en 1960 se estableció en Albisola Mare, en la costa italiana. El invierno de ese año se casó con la pintora sueca Lou Laurin, con quien tuvo tres hijos.
En 1964 recibió el Guggenheim International Award, y en 1966 y 1967 se realizaron numerosas retrospectivas de su obra en el Kunsthalle de Basilea, el Kestner-Gesellschaft de Hannover; el Stedelijk Museum de Ámsterdam, el Moderna Museet de Estocolmo y el Palais des Beaux-Arts de Bruselas.
Recibió numerosos premios y reconocimientos. En Cuba exhibió de manera individual en el Lyceum (1946), en el Parque Central (1950), y en la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo (1951).
Wifredo y su prestigio mundial
Sus obras se encuentran en los principales museos del mundo.
Se han subastado obras de Lam en todas las subastas de arte latinoamericano de prestigio mundial, alcanzando también los precios más altos, por ejemplo, $ 1,267,500 por «La mañana verde» (óleo/papel, 1943) en la subasta de Sotheby´s. Latin American Art. Sale #NY7140 el 27 de mayo de 1998.
Lam falleció el 11 de septiembre de 1982 en París.
El año anterior le había sido impuesta la Orden Félix Varela, la más alta distinción que en el terreno de la cultura confiere el Estado cubano. Por voluntad expresa, sus restos fueron trasladados a Cuba.